Pasar por la
comarca de pastores y sombreros a la que cantó el Poeta, obliga a una mirada
detenida en aquel entorno de armoniosa convivencia entre la nostalgia y el
optimismo. Se piensa en Agramonte, en la Avellaneda, en Guillén, en los
tinajones eternos… Pero a través del lente fluye el ir venir del pasado al
futuro, en un presente inquieto y creativo. Decenas de imágenes van quedando
atrapadas para siempre en la memoria, como estas que se comparten con los
lectores del blog; que las disfruten.
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